Muy, muy lejos. Te sigo sintiendo aquí junto a mí, apoyándome en todas mis decisiones, ayudándome en todo lo que está en tu mano, que sigue estando en mi hombro cuando necesito el apoyo que tú siempre me das. Sigo sin creer que estés allí, tan arriba. Quiero ver de nuevo tu cara, tu sonrisa. Te necesito, sin ti siento que falta algo, eres una pieza de este pequeño corazón que cuando piensa en ti deja de latir un instante, y una lágrima comienza a recorrer mi cara, que pronto será inundada por decenas más. El amor que siento por ti sigue siendo igual de fuerte, siempre serás esa “mami” del cole, que siempre nos cuidaba, como si de sus propios hijos se tratase, esos bombones que te siguen amando y recordando todos los días, y que cuando llega ese temido 8 de junio todos nos venimos abajo, pensando en que no te podemos ver más. Tengo más de una foto en mi ordenador junto a ti, la miro muchos días y mis ojos se empapan de tristeza porque no estás aquí y de alegría por haberte conocido y poder haberte tenido como esa pedazo de profesora que has sido, eres y serás. Por ti quiero conseguir todas las metas que me propongo, porque tú me enseñaste que nada es imposible y que si quiero puedo conseguir todo lo que me proponga, y eso haré, nunca me rendiré, y cuando consiga mis metas ten por seguro que será gracias a ti y que te lo agradeceré allá donde estés. Espero que todas estas cosas que te digo las escuches de alguna manera, porque aunque más de una vez te dije te quiero, siento que no fueron las suficientes y quiero que lo sepas, y que siempre lo haré pase lo que pase. Que entre tú y yo había una relación especial, sin ti no es fácil vivir, pero seguiremos adelante y miraremos arriba pensando en ti, y que nunca jamás olvidaré esa profesora que tanto me enseñó desde bien pequeñita. Y en este día de San Valentín quería recordarte que te quiero, y mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario